domingo, 30 de noviembre de 2014

Rumbo a alguna parte

Ahora entiendo cuando dicen que Carletto vive al lado del Retiro para pasear por el parque. Llevar el vestuario del Madrid es difícil, llevar una vida como a ti te gustaría, también. Ayer tuve la oportunidad de no tener absolutamente nada que hacer, así que después de acompañar a mi padre a Atocha decidí perderme por el Retiro, estuve mas de una hora andando en la que me dediqué solo a observar todo lo que hay dentro. La única zona en la que no estuve fue en la del estanque que es donde mas gente se concentra a ver los “espectáculos”, prefería estar lo más solo posible para poder quedarme con todos los detalles posibles, si, soy así... Igual me he inventado yo eso de que el Otoño es la época del año en la que mas variedad de colores hay (lo cual suena como a muy entendido), que sumado a todas las hojas cubriendo el suelo a modo de alfombra creaban un ambiente especial. Lloviznaba un poco, era lluvia como pulverizada y al no llevar paraguas había que replantearse seguir o salir de ahí cuanto antes. Decidí quedarme, pensé que seguramente entre unas cosas u otras tardaría en volver a tener alguna excusa para volver allí. Así que me fui perdiendo por todos los caminos que me iba encontrando, sobretodo hacia hincapié por meterme en los que no había gente, aproveché para hacer fotos y después no paraba de preguntarme cómo era posible que existiese ese paraíso en pleno centro de Madrid. Tal vez al no ver desde fuera todo el contenido que hay dentro a veces nos creemos que ya lo hemos visto todo, en realidad hablo por mi porque es verdad que hay muchísima gente que va a pasear sola o acompañada, otros muchísimos que van a hacer deporte allí (héroes), ya no solo correr, me maravilló ver a un montón de gente mayor haciendo estiramientos e incluso dando paseos que ya tenían contadas hasta las pisadas. Quiero creer y convencerme de que esa gente es feliz con sus vidas o que por lo menos esas cosas que hagan allí dentro les ayudan en su día a día.

Uno de los motivos ocultos de mi visita era tantear el terreno porque hoy tenia la carrera de ponle freno y aunque esta plagada de gente y vas siguiendo al rebaño es fundamental que pongas cara de que por lo menos sabes por donde se va y que parece que corres todas las mañanas por ahí. 
En mi visita de ayer me centre solo en pasear y sacar unas fotos (si las llego a hacer con la réflex que utilizo en mis casos clínicos me dan un premio). Me he dado cuenta de que para hacer buenas fotos, a parte de una buena cámara, lo único que hay que tener es paciencia y tal vez también una especie de visión artística para saber reflejar la belleza de lo que estas viendo. Algo que tal vez hoy se le resta importancia ya que nos creemos Steve McCurry con nuestro instagram. Yo no tuve mucho mérito porque no recuerdo haber plantado todos esos arboles, pero si tuviera que reconocerme alguno es que siento cierta curiosidad en buscar eso que a veces pasa desapercibido, esas pequeñas cosas que nos resultan insignificantes en nuestra rutina y darles el protagonismo que tal vez un día decidimos quitarles. Probablemente sea la diferencia entre esos fotógrafos y nosotros con nuestros iPhone. 
Después de haberme mojado y ensuciado suficiente decidí irme a casa, el resto del día fue tranquilo. Por la noche cené con amigos, procuré irme no muy tarde a casa (3:30am) porque al día siguiente tenia una carrera, que aunque era benéfica también era temprano, por lo que no era plan de llegar acabado y ser vapuleado por señoras con el cochecito de sus hijos (con todo mi respeto hacia ellas). Después de dormir cuatro horas el reto de hoy no era la carrera sino levantarse de la cama, menos mal que anoche solo bebí dos copas de vino por eso de que ayuda con el tema de la circulación sanguínea. Al final la lluvia ha dado una pequeña tregua y el día ha salido mejor de lo que habían anunciado, si llovía corría el riesgo de quedarme atrincherado en mi castillo de plumón no fuera a ser que me volviese a caer y destrozarme aunque solo fueran las zapatillas. 

La carrera ha ido estupenda, al menos he bajado el tiempo que me había propuesto, teniendo en cuenta que al principio vas evitando gente como si fuera el pistoletazo de las rebajas del corte ingles, no esta nada mal. Tal vez la parte que se me ha hecho más cuesta arriba (y nunca mejor dicho) ha sido la cuesta del Angel Caído, no entiendo como no ponen una rampa de esas de centro comercial, es mortal. Mientras la iba subiendo intentaba no pensar en nada que me recordara el cansancio, he mirado hacia atrás viendo solo niebla y alguna camiseta dentro de ella, así que a modo de despiste mental he intentado imaginar que gancho comercial sacaría Don Draper de toda esa situación, por suerte antes de llegar a pensar en un eslogan para Nike he llegado a coronar la cima, una vez ahí era prácticamente todo plano hasta llegar a la meta. Ansiado lugar donde la gente esperaba para aplaudirte, algo que he agradecido aunque iba solo y nadie me conocía, pero son cosas que a mi me llegan, tanto que me entraban ganas de pararme a darles las gracias personalmente. Como no, si había algo que me apetecía hacer hoy era cruzar la meta en plan Cristiano Ronaldo con su típico “saltito” y ante el miedo de poder liarla y salir en el telediario de Antena 3 he decido ser mas modesto y me he limitado a dar un salto más normal en plan Benzema


Hay gente que es capaz de relajarse bebiendo una copa o incluso jugando a videojuegos, no lo discuto en absoluto, cada uno tiene sus maneras, yo he descubierto que lo que más me ayuda a desconectar es salir a correr de noche, que es cuando menos gente y coches hay, normalmente voy por Castellana, doy una vuelta al Bernabeu (tremendo factor motivador) y vuelvo para casa. Mi nuevo reto va a ser hacerlo por la mañana antes de empezar el día, lo que conlleva levantarse prácticamente una hora antes, así que tampoco quiero prometer mucho. Vamos a ver si consigo hacerlo un par de días y ver que sensaciones tengo para decidir si merece la pena el madrugón. Otra cosa que me gustaría es correr por el Retiro, evidentemente correr allí es especial, pero si voy desde casa antes de entrar por Alcalá ya debería darme la vuelta porque seria una paliza espartana, así que lo tendré que dejar para los fines de semana o días con mas tiempo, porque seria muy cutre ir a correr al Retiro en autobús o metro. 

Hablando tanto del tema parece que soy un tío ultradeportista, en absoluto, solo que he descubierto que es una gran motivación y aunque salir a correr no me va a solucionar la vida es algo que me da ese plus que necesito para hacer otras cosas. Es como si de repente desaparecieran todos pitos de los coches, del metro al cerrarse las puertas y todos esos ruidos que al cabo del tiempo acaban destrozando a cualquiera. Al fin y al cabo para unos será escapar de algo y para otros correr hacia un objetivo. Lo importante será que funcione, yo creo que a mi mal no me va mal. Si Esperemos que las rodillas aguanten, porque que el final de Noviembre es sólo la antesala de Diciembre y mañana lunes volverá a sonar toda esa barahúnda. 



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