Hoy me he
levantado tarde y he ido desayunando mientras leía los papeles, (aunque ahora
los lea desde el iPad). Me llama un amigo que tiene que viajar desde Córdoba
hasta Oviedo y me dice que ve con buenos ojos parar en Madrid para comer, yo no
puedo estar más agradecido. La gente suele aprovechar los domingos para pasear por la ciudad, yo creo
que es el día idóneo para hacerlo en coche, nada de trafico ni pitos en cada
esquina. Hoy no había nadie por la calle, serian casi las 4pm y pensábamos que
hoy todo el mundo se dividía entre los que querían descansar si salieron anoche
y los que no podían esperar al estreno del primer domingo de otoño con su
tándem: peli-sofa-manta. Creo que es una combinación equiparable a la BBC en el Madrid
(Bale-Benzema-Cristiano), algo que sabes que es simplemente Top. Las semanas van pasando y en el
retrovisor ya no llegamos a ver aquel sol de verano con sus días de playa y
mar. Nos enfundamos en una rutina de trabajo alejada de aquellos días en el
chiringuito pero que tampoco es el fin del mundo. Madrid tiene muchísimas
cosas, sobretodo buenas, es un entretenimiento continuo, siempre va a haber un
restaurante nuevo que visitar, una exposición o algo tan simple y tan
gratificante a la vez como compartir un café con alguien que hace tiempo que no
ves. Es una especie de NY pero un poco mas pequeño y más nuestro. Como decían
en “Begin again” : “Nadie viene a esta ciudad y se larga si no le ha pasado
algo horrible”. Creo que es una película que
estoy deseando protagonizar en la vida real aunque yo no sea Mark Ruffalo ni sea productor de una
discográfica, pero me encanta su historia y su banda sonora. Me gustaría
contárosla pero creo que es mejor que la veáis y saquéis vuestras propias
conclusiones.
Volviendo
al día de hoy… he de confesar que nunca me habían gustado los domingos hasta
que llegue aquí, me parecían días aburridos en los que apenas se puede hacer
nada, que equivocado estaba, (nadie es perfecto), lo que pasa es que como en la
mayoría de las cosas realmente valiosas que hay en esta vida, no te das cuenta de
lo buenas que son hasta que ya no las tienes. Pero me he dado cuenta de que los
domingos están llenos de esos pequeños placeres, que para mi son los mejores,
son los mejores días en los que puedes disfrutar sin salir de casa de ese
libro, disco, película, serie que no puedes saborear el resto de la semana.
Mañana será lunes otra vez, metro abarrotado y trabajo sin fin.
Pero
seguiremos luchando encantados, porque en el fondo sabemos que poco a poco
nuestra vida va pasando (y no en vano), porque sin darnos cuenta vamos tachando
objetivos de esa lista que uno se hace nada más empezar un año. Yo me he
marcado varios, algunos podíamos llamarlos profesionales y los otros como
hobbies, léase volver a correr mas a menudo, sacarme el PER (algo que me
propongo todos los años), escribir también más a menudo (ya sea de cualquier
tema o algo tipo al “Unplugged” de Jabois) y sobretodo algo que me haría
muy feliz: crear algo nuevo.
Ya lo dijo
Lennon hace años: la vida es eso que
pasa mientras tú haces otros planes. Y es una verdad como un templo, hasta que
no te suceden cosas que no tenias planeadas no te das cuenta de que la vida
hace contigo lo que quiere. Esta claro que siempre ayuda tener las ideas claras
y seguir tu hoja de ruta, pero hay veces que ciertas cosas son irremediables
por mucho que lo intentes.
El otoño ha venido para quedarse y aunque
cada vez haga más frío no pasa nada, es una época para disfrutar, nos pondremos
nuestro abrigo y saldremos a dar ese paseo, a tomar ese café e incluso a buscar
a esa chica que no sabes donde se esconde, pero que estas seguro de que existe
en alguna parte y estas deseando que llegue ese día en el que te cruces con ella en esa cafetería, en
ese restaurante y que es ella, la única con la que quieres pasar el resto de
domingos de tu vida.
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